martes, 15 de octubre de 2013

OTOÑO: MOMENTO PARA TRATAR LAS VARICES

El  verano empeora la patología venosa por lo que no es el mejor momento  para tratarla. El otoño sin embargo, con la bajada de las temperaturas, resulta la época propicia para ello.

La mayoría de los tratamientos para las varices recomiendan una pauta de compresión elástica que resulta incómoda con el calor, y el sol está contraindicado por posible riesgo de hiperpigmentaciones. Además normalmente son tratamientos que requieren varias sesiones espaciadas en el tiempo por lo que es bueno comenzar pronto para que el verano siguiente ya hayamos acabado.



Una variz es, por definición, la dilatación anormal de una vena que aparece por factores genéticos y constitucionales, y por la concurrencia de algunas situaciones o enfermedades (embarazo, tabaquismo, etc.) cualquier vena, fundamentalmente las de las extremidades inferiores (por el factor de la gravedad que incide en la bipedestación de los humanos), puede dilatarse.

La esclerosis vascular siempre ha sido el tratamiento ideal de las pequeñas varices (menos de 1 ó 2 milímetros de diámetro, y apenas palpables bajo la piel), arañas vasculares, filamentos "tipo escoba", etc.; fuera cual fuera su localización.

Con el desarrollo de nuevos procedimientos y tecnologías, prácticamente todas las varices pueden ser eliminadas mediante escleroterapia.

En todos los casos, la esclerosis vascular consiste en la producción de una reacción inflamatoria controlada en las paredes internas de la vena dilatada, con fibrosis y proceso cicatricial secundarios, que van a determinar obliteración y, por lo tanto, desaparición de la variz como tal. 

¿Qué procedimientos de  esclerosis vascular existen?

Esclerosis química, inyectando un líquido esclerosante llamado polidocanol. 

Crioesclerosis, inyectando esos mismos esclerosantes, convenientemente preparados, a temperaturas inferiores a 30ºC; se asocia así el efecto esclerosante del frío, con menor dosis de producto y menor reacción inflamatoria.

Esclerosis con espuma, inyectando los esclerosantes en forma de espuma, mediante su manipulación físico-química. Se consigue mayor contacto, y por consiguiente mayor efecto, de las moléculas del esclerosante con las paredes vasculares.

Electroesclerosis, utilizando corrientes de diferentes características pero de muy baja intensidad, para lograr la electrocoagulación. 

Fotoesclerosis, utilizando energías lumínicas muy especiales (láser y otras), para lograr la coagulación y colapso de las paredes vasculares.

Todos los procedimientos son efectivos y será el médico  y las características de la lesión las que determinen el tratamiento de elección. 

No dudes en llamarnos para solicitar información, nuestra consulta informativa es gratuita.

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